Muchacha con la cesta de huevos. Joachim Beuckelaer (1533-1574)

Muchacha, cesta de huevos. Joachim Beuckelaer (1533-1574)

Huevos a precio de Oro:

Lo más para preservar la intimidad de la puesta, limas para las uñas, baños de arena e instalaciones más espaciosas.

La calidad de vida de las gallinas que se crían en las granjas para la producción de huevos ha mejorado gracias a la directiva europea sobre bienestar animal que entró en vigor el pasado mes de enero.

Para los profesionales del sector, sin embargo, los nuevos requerimientos han supuesto un quebradero de cabeza en forma de obligadas inversiones y reducción del censo de animales, que al menos se está viendo recompensado con un aumento de los precios que reciben por su producto.

Según el Observatorio de Precios del Ministerio de Agricultura Alimentación y Medio Ambiente, en un año se ha duplicado, prácticamente, el precio en origen de la docena de huevos de clase M, que en la primera semana de enero de 2012 cotizaba a 0,96 euros frente a los 0,52 del mismo periodo de 2011. 

En lo que va de año, el precio medio se ha incrementado un 50%.

1.44 €, una escalada que se atribuye a la disminución de la oferta por la reducción del ratio de aves por metro cuadrado.

No baja la demanda

La demanda, no obstante, no ha bajado, y eso que el consumidor ya empieza a notar que le cuesta más llevarse a casa este alimento básico de la dieta, en torno a 40 céntimos más caros resultan los huevos en algunos establecimientos albaceteños, y los comerciantes prevén que el precio seguirá aumentando si continúa la tónica de las últimas semanas.

Eso sí, recordaban que las tiendas minoristas son «el último eslabón de la cadena» y que el problema’ afecta de lleno al sector productor.

«Nosotros tenemos menos margen porque intentamos no repercutir al 100% la subida a los clientes», señaló un vendedor.

Según los datos del Observatorio, la docena de clase M mantiene con una ligera variación al alza sus precios en destino, pasando de 1,29 euros a 1,32 en lo que va de año mientras que, en los tres primeros meses de 2011, el precio era de 1,30 euros.

El presidente de la Asociación de Avicultores de Castilla-La Mancha (Avicam), Juan Julián Sánchez, subrayó sobre la información del Ministerio que está influida por los precios de las exportaciones a Europa, a un coste menor, y la política de las grandes superficies de contención de precios en productos ‘reclamo’ como los huevos.

Por eso, y frente a otros alimentos que multiplican su valor espectacular mente en su camino del productor al consumidor, los huevos se están pagando, hoy por hoy, más caros en la granja que en la tienda.

«Lo que está ocurriendo es que lo que percibíamos antes por nuestros productos era ridículo; no es que ahora el precio sea desorbitado, sino que antes ni siquiera llegábamos a cubrir costes y, con la nueva normativa de bienestar, ha habido que hacer muchas inversiones y las explotaciones que lo estaban pasando peor no han podido asumirlas y han tenido que cerrar, por lo que también ha bajado la oferta», dijo el presidente de Avicam, una asociación que representa a la práctica totalidad del sector en Castilla-La Mancha.

Los animales que se crían en las granjas para servir de alimento a los humanos tienen derechos, y así lo reconoce la Unión Europea a través de la normativa sobre bienestar animal que viene aplicando desde hace años.

Los últimos requerimientos en esta materia afectan a la avicultura de puesta y al sector porcino, cuyas explotaciones deben ponerse al día con habitáculos más cómodos para sus inquilinos.

En el caso de las gallinas, la Directiva que acaba de entrar en vigor con el nuevo año prevé un aumento del 36% en el espacio disponible, de forma que las aves puedan moverse mejor.

También se acondiciona la jaula, con nuevas dotaciones como un nido para poner los huevos en la intimidad; perchas para subir a descansar y zonas donde cada individuo pueda escarbar la tierra a su antojo.

Censo

Con un censo, en Castilla-La Mancha, de unos 14 millones de ponedoras, Avicam calcula en unos 15 euros por gallina el coste de las nuevas instalaciones, un desembolso que no ha llegado en el mejor momento debido a la situación de crisis.

No obstante, Sánchez afirma que «hay que cumplir la ley» y que eso es lo que están haciendo los productores, aunque sufran otros problemas como las dificultades para encontrar financiación que sufrague sus inversiones o el aumento de costes en suministros como el pienso.

Los avicultores han apostado, en general, por adaptarse y continuar en la actividad. Sin duda, en este proceso se pierde tejido productivo, pero también es un momento de modernización y renovación en el sector que abre nuevas posibilidades de futuro»,señalan desde Avicam.

La asociación, que tiene entre sus fines fomentar la calidad de la producción mediante la formación, la investigación, la innovación y la promoción de las propiedades nutritivas del huevo, calcula que el coste de la normativa europea para el sector castellano-manchego es de unos 120 millones de euros.

Las obras para actualizar las jaulas se llevan haciendo años -la directiva se remonta, originariamente, a 1999, y aún quedan «algunos flecos» que deberán quedar finiquitados el próximo 31 de julio, aunque según Sánchez a fecha de hoy prácticamente el 100% de las granjas de Castilla-La Mancha están adaptadas.

Para apoyar este proceso, la Junta de Comunidades publicó el año pasado una convocatoria de ayudas para sufragar el 15% de la inversión, que los productores aún no han cobrado.

Ayudas

Juan Alcázar, al frente de una explotación familiar en Villarrobledo con casi dos décadas de experiencia en la actividad, confirmó que están pendientes de percibir la subvención, que sufraga, «según el censo de gallinas», algo más de un euro por plaza.

Señaló que, al menos, Castilla-La Mancha ha contado con estas ayudas, e indicó que otras comunidades han tenido que hacer frente a los cambios sin ningún respaldo público.

En su caso, la inversión ha sido «muy cuantiosa» y ha tenido que prescindir, al remodelar las naves para dotarlas de más espacio, de 10.000 aves. «En la actualidad estamos totalmente adaptados», dijo este profesional de Villarrobledo, quien valoró que hayan subido los precios para poder afrontar con garantías el futuro del negocio.

Las condiciones que marca la Unión Europea sobre bienestar animal pueden considerarse, no obstante, «de mínimos» si se comparan con lo que se exige a sectores como la ganadería ecológica:

«Ahí estamos ante productos de calidad diferenciada y los requisitos son mucho más estrictos», dijo el representante de UPA Castilla-La Mancha, quien señaló que los pocos ejemplos de este tipo de ganadería que hay en la Región son explotaciones «extensivas o semiextensivas», con ganados que deben pastar en fincas también ecológicas.

Producción ecológica

Ni Avicam ni Argapor cuentan con socios que centren su actividad en la producción ecológica: resulta demasiado caro y, como señalaban los representantes de estas asociaciones, apenas hay demanda de consumo en el mercado español; las pocas explotaciones que funcionan se orientan a la exportación. Y es que, en épocas de crisis, pocos son los que están dispuestos a pagar un poco más por lo que comen.

También hay un problema añadido que Gómez del Castillo no quiso pasar por alto: mientras que a los productores comunitarios se les exige que cumplan con normativas como la de bienestar animal, con lo que implica de aumento de costes, países terceros no cuentan con ellas y, sin embargo, colocan sus productos en Europa, importaciones que compiten directamente con las producciones locales.

Fuente: la verdad- Albacete 2012

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