Los genitales del gallo:
A pesar de una larga historia de estudios anatómicos de las aves, los genitales de la mayoría de las especies de aves permanecen sin describir.
Las aves son el único taxón de vertebrados con fertilización interna donde se ha perdido un falo o (pene) copulador en la mayoría de las especies.
El estudio de las transiciones anatómicas del falo aviar en las especies en las que es todavía presente, nos permite poner a prueba hipótesis evolutivas de por qué el falo se perdió en el ancestro de las aves modernas.
El gallo generalmente eyacula entre 100 millones y cinco mil millones de espermas a la vez con grandes concentraciones al inicio más que al final del día, cuando ocurre el agotamiento después de varios cruces.
El primer semen promedia alrededor de 1 ml, pero después de varias eyaculaciones, el volumen promedio se va a reducir a 0.5 ml o menos. Estos datos se obtuvieron de recolecciones de semen como cuando se hacen para inseminación artificial.
El número de esperma por eyaculación y los volúmenes de semen van a ser menores en los apareamientos naturales que en la recolección de semen por estimulación artificial y masaje abdominal.
La frecuencia de apareamiento sigue un patrón diurno; llega a su pico al principio y al final del día.
Un gallo se puede cruzar de 10 a 30 veces o más al día, dependiendo la disponibilidad de las gallinas y la competencia de otros gallos. Sin embargo, el número de espermas por eyaculación es pocas veces menor a 100 millones, que es el mínimo requerido para mantener una alta fertilidad.
Con el apareamiento natural, va a haber como resultado una mejor fertilidad cuando se da el apareamiento después de que la gallina ha puesto un huevo con cascarón. Sin embargo, si las gallinas se aparean con frecuencia (a diario), es poco probable que se note la diferencia en la fertilidad independientemente de cuando suceda el apareamiento.
El gallo tiene un falo pequeño que se llena con linfa para formar el órgano copulatorio. El órgano copulatorio es rudimentario y al momento del apareamiento prácticamente no existe la penetración. La gallina saca la vagina durante la copulación, lo que ayuda a transferir el semen hacia el oviducto. Los patos, gansos y algunas otras aves tienen órganos copula-torios mejor definidos.
Secuencia de comportamiento:
El apareamiento completo en nuestras aves es la culminación de una secuencia de comportamientos. El gallo inicia el apareamiento al mostrar un comportamiento de cortejo: baja un ala y baila en círculo ( el ala más baja va a estar en la parte interna de la danza en círculo ).
La gallina se agazapa (agacha la cabeza y el cuerpo) para indicar que está lista para recibir al macho. El gallo va entonces a montar a la gallina y le va agarrar la cresta, plumas del cuello o la piel en la parte trasera de la cabeza o del pescuezo para ayudar a mantenerse en el dorso de la gallina.
El siguiente comportamiento es la pisada (el gallo camina rápidamente en el dorso de la gallina) y finalmente el apareamiento completo de la secuencia de comportamiento. El apareamiento completo se da cuando el gallo mete la cola al lado de la cola de la gallina y abre las plumas de la cola para que entren en contacto las cloacas. En este momento el semen del gallo se libera directamente en la vagina de la gallina a través de la cloaca.
En la caseta típica de reproductoras con miles de aves, no siempre se da la secuencia completa de comportamientos, con lo que a menudo queda fuera de la secuencia la danza del cortejo.
Los pollos practican la poliginia pero ciertos machos y hembras se aparean regularmente de forma selectiva. Algunas hembras en el gallinero van a evitar machos específicos, y por lo tanto rara vez se cruzan con éstos.
Atención al Macho reproductor:
El comportamiento reproductivo del macho es complejo y muy plástico, lo que le permite adaptar su frecuencia de apareamiento en función de los niveles de competencia entre machos en el entorno social.
En los temas tratados anteriormente, nos hemos enfocado en obtener de nuestras reproductoras una buena producción de huevos. No es suficiente obtener picos altos de producción y una buena persistencia en nuestros lotes, si no logramos niveles competitivos de fertilidad y nacimiento.
La rentabilidad de nuestra explotación, también se basa en lograr lotes de reproductoras eficientes en la producción de pollitos bebes. En recientes investigaciones se evidencia que los cambios en la conformación de las estirpes seleccionadas para lograr un gran desarrollo de la pechuga parece ser el factor de mayor peso que causa la disminución de la fertilidad.
En tal sentido, en esta oportunidad vamos a enfocarnos en el macho reproductor.
Revisaremos aspectos de su comportamiento y fisiología reproductiva para un mayor entendimiento por parte de nosotros y cómo podríamos aplicar este conocimiento en condiciones de campo para lograr fertilidades y nacimientos competitivos.
Conducta reproductiva macho:
En la presentación realizada por Inma Estévez (Manejo de Aves Reproductoras para Optimizar la Fertilidad, XLVI Simposio Científico de Avicultura, Zaragoza, España, 2009) menciona lo siguiente:
a) Claramente el problema de la baja fertilidad no es un problema de reducción del libido, ni de un aumento de agresión relacionada con la selección genética en líneas modernas.
b) El comportamiento reproductivo del macho es complejo y muy plástico, lo que le permite adaptar su frecuencia de apareamiento en función de los niveles de competencia entre machos en el entorno social.
Esta estrategia teóricamente le permite maximizar su éxito reproductivo. Salvo en casos muy concretos, el mismo macho (dominante o subdominante) puede duplicar su frecuencia de apareamientos en periodos de tiempo muy cortos.
Esto hace que ante la falta de disponibilidad de hembras los machos se tornan extremadamente competitivos para conseguir cópulas. Este proceso, si es grave, puede ocasionar alta mortalidad de hembras en condiciones de campo.
c) La calidad espermática, medida en base a parámetros completos, tampoco ofrece una explicación aparente ya que se ha podido comprobar que la calidad y los parámetros espermáticos pueden variar de manera drástica para el mismo macho en un margen de horas incluso en los reproductores primarios.
d) La apariencia visual del esperma, que se usa en algunos centros para la evaluación de los machos, no es fiable, ya que aunque su volumen sea aparentemente grande y espeso puede incluir una gran parte de células espermáticas muertas.
Si acaso sería recomendable intentar seleccionar a nivel genético machos con esperma de alta movilidad, que es la característica que tiene mayor impacto en fertilidad.
e) Machos con mayor peso corporal tienden a tener una fertilidad más baja que en ocasiones pueden compensar a través de cópulas repetidas.
f) No obstante, aun más importante que el peso parece ser la conformación del macho, según el tamaño de su pechuga.
Un tamaño de pechuga voluminoso parece interferir con la efectividad de la copula y la subsecuente transferencia espermática, y este problema obedece a las características de la selección genética.
En relación a lo manifestado por Inma Estévez, que la conformación del gallo es la variable de mayor peso que va a influir sobre la fertilidad del lote.
Fecundidad y supresión gallo:
La fecundidad del gallo es, por decirlo así, inagotable: cubre a las gallinas cosa de unas cincuenta veces al día. Llegado a la época de la pubertad, cuya edad varía según las razas, es activo y lleno de vigor; se le tiene y con razón por la más lúbrica de las aves, proporcionalmente a su corpulencia, sus testículos son abultados.
En las glándulas, colocadas en el interior del cuerpo, segregan en abundancia el semen prolífico.
Al gallo le gusta satisfacer sus amores al aire libre; así es que se le ve salir el primero del gallinero y esperar a la puerta a las gallinas; las pasa revista con un mirar lúbrico, y saluda con el ala y la voz a la que ha elegido, la cual se agacha para que la monte; se dirige a ella oblicuamente con voz grave y precipitada, la coge por la cresta con su pico, se monta colocando las patas en la base de las alas, y efectúa el acto en un instante: la gallina da un sacudimiento general en cuanto el gallo se quita de encima.
Cuando la gallina se prepara para recibir al gallo, se agacha, separa las plumas de la cola, hace un esfuerzo expulsivo de los órganos genitales para que aquél pueda depositar el líquido seminal a la entrada de la bolsa ovarina, que se encuentra situada en la parte superior de la cloaca, debajo de la rabadilla.
El gallo, por medio de la protuberancia escotada, que hace veces de verga o falo, verifica un simple frote a la entrada de la abertura de la bolsa ovárica, y que la gallina le presenta a consecuencia de su esfuerzo expulsivo.
Después de este frote, el macho se engalla y anuncia su triunfo amoroso por los mismos acentos que indican sus victorias.
Cuando el gallo es joven y vigoroso, se nota que por la mañana, después de levantarse, no se apacigua su lujuria hasta haber montado tres, cuatro y hasta cinco gallinas: efectuado esto, canta.
La gallina cubierta, se levanta, eriza sus plumas, las sacude y se mezcla entre sus compañeras sin manifestar reconocimiento y sin excitar entre ellas los celos más insignificantes.
Es tal la facultad prolífica del gallo, y tan considerable, que según Hervé puede fecundar con un salto solo los huevos que una gallina ha de poner durante seis meses: este cálculo se ha considerado como exagerado y fantasioso, por el mayor número de observadores, extendiéndola sólo a un mes, y luego a una semana o diez días.
Como en el día de hoy se ha tomado el incremento de la incubación artificial de huevos de gallina, era útil e importante, bajo el punto de vista de la economía, comprobar con más rigor lo que se había hecho, era el número de huevos fecundados por un salto solo del gallo, y los experimentos más concienzudos han demostrado que una gallina fecundada por el gallo y separada en seguida de él, pone de 7 a 10 huevos fecundados; los demás son claros o estériles.
No obstante, es el gallo tan prolífico, que puede ser padre de más de 200 pollos en un día.
Por más esfuerzos que han hecho los fisiólogos para explicar el mecanismo de la fecundación, no han podido descorrer el velo que todavía cubre este misterio.
Han inventado mil hipótesis más o menos ridículas unas, y más o menos seductoras otras, pero que ninguna puede ser aceptada por los contras que se la pueden oponer.
Lo más que en el día se admite, que el semen de los animales está compuesto de una porción de corpúsculos o gránulos móviles llamados animalillos espermáticos, espermatozoarios o espermatozoides, pero que no son animalillos, sino verdaderas células formadas en el testículo, células germinativas macho, llamados en la actualidad espermatozoides.
Los cuales se requieren para la fecundación cierto grado de madurez: que los óvulos formados en el ovario de las hembras son también células, células germinativas hembra, que cada una de por sí, ni las del macho ni las de la hembra, nada hacen, sino que es de absoluta necesidad el que se unan por el acto de la reunión sexual, y que de esta unión resulta la célula embrionaria de la que saldrá un ser nuevo.
Los resultados que se observan por el cruzamiento de las razas, las mejoras que se consiguen por la elección de los sementales haciendo desaparecer muchos vicios de conformación, los productos híbridos que tienen tanto del padre como de la madre, parece dan cierto grado de verdad a esta opinión, sin que pueda decirse que se conoce la esencia de la fecundación.
El uso inmoderado del placer genésico estropea, arruina y aniquila al gallo; así es que a los tres años o cuatro a lo más se encuentra en estado de no poder engendrar; entonces no tiene atractivo para las gallinas, no hace más que fatigarlas inútilmente.
A pesar de su aniquilamiento e incapacidad no deja de llenar ciertas formalidades amorosas. Así es que de cuando en cuando se le ve montar algunas gallinas, pero sin resultados para la fecundación; da con frecuencia su golpe de ala, canta, vigila por su corral, llama a sus gallinas para que disfruten del hallazgo más insignificante.
Una de sus mayores ocupaciones consiste en ahuyentar a sus rivales, y sus celos excesivos le hacen espiar de continuo a los gallos jóvenes, los persigue encarnizadamente, provoca riñas mortales, hasta que llega un momento en que es vencido y se ve en la precisión de huir.
Llegado este extremo, si no se le sacrifica, el gallo viejo se pone triste, se retira a un rincón, como devorado por el miedo; tiene los ojos medio cerrados, la cabeza y la cola bajas, las plumas erizadas.
No tarda en morir de pena, sin que sus gallinas tomen parte en su pesar o se interesen en su suerte desgraciada, a pesar de haber consumido su vida en las privaciones que por ellas se imponía y los servicios de todo género que con tanto esmero como celo las ha prestado.
Aparato Reproductor del Gallo:
En situaciones de campo, se ha observado que se logra una mejor curva de fertilidad con machos “atléticos”, con una forma de pechuga N° 4 , más abajo tenéis un cuadro.
Esta conformado por los testículos, epidídimos, conductos deferentes y órgano copulatorio. No existen glándulas genitales accesorias ni uretra.
Testículos:
De unos 5 cm de longitud, color blanquecino en actividad reproductiva y de menor tamaño y color amarillento en inactividad reproductiva o muda. Ubicados craneal al riñón, presentan una delgada túnica albugínea. Presenta tú-bulos seminíferos que desembocan en la rete testis.
El tamaño de los testículos está muy relacionado con la fertilidad, de modo que una fertilidad deficiente se asocia a testículos pequeños
El volumen de eyaculado del gallo no llega a 1 ml. El líquido seminal se elabora en el testículo y por las células epiteliales que revisten los conductos extra-testiculares
El epidídimo: No se divide en cabeza cuerpo y cola y aparece sobre el testículo formado con conductillos eferentes.
El conducto deferente: Se inicia en el extremo caudal del epidídimo y acompaña al uréter hasta la cloaca donde desemboca en una papila en la pared lateral del urodeo.
El conducto deferente presenta un ligero ensanchamiento terminal denominado receptáculo, que en actividad reproductora se encuentra repleto de espermatozoides, en el apartado de Espermatogénesis hay una descripción más completa.
Desarrollo testicular: El tamaño de los testículos está muy relacionado con la fertilidad, de modo que una fertilidad deficiente se asocia a testículos pequeños. En consecuencia, es vital asegurarse de que el manejo de las aves no inhiba el desarrollo de los testículos en ninguna fase de la vida de los gallos.
Si el manejo de los machos pretende promover el crecimiento de unos testículos válidos y saludables, es necesario comprender los períodos críticos del desarrollo testicular.
De 2 a 15 semanas de edad: se produce el desarrollo gonadal a nivel celular. Se produce la multiplicación de las células de Sertoli, a razón de 1 millón por cada una, las que van a determinar la fertilidad futura del macho, pues estas tienen la función de dar el apoyo y alimento al esperma en desarrollo.
Es muy importante evitar manejos inadecuados durante las primeras 10 semanas, que puedan interferir con la multiplicación de las células de Sertoli. Es recomendable llevar una adecuada curva de crecimiento en esta etapa de la vida de los machos.
El crecimiento de los testículos es casi imperceptible, llegando a pesar ambos al final de las 15 semanas 0.5 g.
De 16 a 24 semanas de edad: Se produce un mayor crecimiento de los testículos. A las 20 semanas de edad, antes de cualquier estímulo de luz, el peso oscila entre 0.5 y 2.0 g. Posteriormente, durante las 03 semanas después del estímulo de luz, el crecimiento gonadal es significativo.
La producción de hormonas dará inicio a la producción de esperma, lo que explica el crecimiento significativo de los testículos. A las 23 semanas de edad, los testículos pesan 12- 22 g y se inicia el desarrollo de los conductos deferentes.
De 25 a 30 semanas de edad: A las 28 -30 semanas de edad los testículos alcanzan su mayor desarrollo y producción de semen.
En esta etapa es crítico que el gallo consuma 20 – 22 g de proteína para asegurar la producción de esperma.
Es común observar una “frenada” en la ganancia de peso en este periodo, consecuencia de la gran actividad sexual.
Es importante hacer un seguimiento a la conformación de la pechuga para separar aquellos gallos que pueden estar muy delgados (desnutridos) y recuperar-los oportunamente.
Una desnutrición de los machos, de no corregirse, ocasionará una reducción de los testículos y una fertilidad decreciente antes de tiempo.
Al final de las 30 semanas de edad es recomendable mantener una pechuga N ° 3 y 4. De ahora en adelante, se trabajará para mantener una pechuga N ° 4 .
De alguna manera, existe una correlación entre el peso del macho y de sus testículos.
Machos desnutridos con pechuga N ° 2 (muy delgada) o aquellos muy sobrealimentados con pechuga N ° 6 – 7 (muy grande – tipo pavo) muestran tamaños de testículos menores en comparación con los de machos con pechuga adecuada en forma de “U” (pechuga N ° 4). se ha corroborado esta afirmación en campo y es correcto.
Después de las 30 semanas de edad, se va a producir una reducción gradual natural del tamaño testicular y la producción de semen. Los manejos de descarte de machos improductivos y de machos dominantes disminuyen las pérdidas por in-fertilidad.
Las clasificaciones por peso de los machos en producción ayudan en mantener mejor la uniformidad y disminuir la competencia por el alimento.
Esta práctica se recomienda realizar a partir de las 32 semanas de edad, cada 4 a 6 semanas.
Hay que realizar la palpación de pechugas cada 2 semanas para identificar aquellos machos que empiezan a perder conformación, y se les lleva al corral de recuperación en donde se les proporciona 3 – 5 g adicionales de alimento con respecto a los demás para recuperar-los.
Ellos continuaran apareándose, nunca serán colocados en corrales de solamente machos, sino se perderían por completo.
Cloaca y Falo (Pene):
La cloaca esta conformada por el coprodeo, el urodeo y el proctodeo.
Los Uréteres desembocan en el urodeo.
El falo: Se encuentra en la cloaca en su parte ventral, presenta en su superficie interna el pene ( Papila copulativa ).
Papila copulativa: Los gallos poseen un pene o falo pequeño, que en erección se llena con linfa, procedente de pliegues linfáticos.
Este líquido linfático se añade al semen en el vaso deferente y ambos se inyectan simultáneamente a lo largo del surco longitudinal del pene. La papila copulativa del pavo es similar a la del gallo.
El pato y el ganso tienen penes bien desarrollados, que están retorcidos en espiral y que sirven como órganos de penetración.
Como funciona: Los cuerpos fálicos hacen protrusión en estado de tumescencia y los dos juntos forman un surco que recibe y canaliza el eyaculado procedente de los conductos deferentes, se compone por un tubérculo medio y un par de cuerpo fálicos laterales de mayor tamaño.
El órgano copula-torio es rudimentario y al momento del apareamiento prácticamente no existe la penetración.
La gallina saca la vagina durante la copulación, y el falo (papila copulativa) presiona sobre la mucosa cloacal de la hembra, (Beso cloacal), lo que ayuda a transferir el semen hacia el oviducto.
En pollitos de un día en ambos sexos se presenta una pequeña protuberancia genital en la localización del pene, siendo redondos en machos y cónica en hembras, lo que les permite hacer el sexage a personas expertas.
Más información
Bibliografía:
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Dr. Francisco Gil Cano.
Profesor H. Aguinaga.
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