Nidal pollera

Nidal para gallina clueca y luego como pollera (Fig. 1)

El nidal, requiere un tamaño adecuado, que no sea ni pequeño, para evitar que la gallina en busca de postura cómoda pueda romper los huevos, ni grande hasta el extremo de que estos rueden y queden sin cubrir.

Un sencillo cajón de 40 cm. de largo, otros tantos de ancho y 35 de alto, reúne las condiciones adecuadas.

Pero, a ser posible te conviene imitar el que figura en el grabado (Fig. 1), porque ha de permitirte utilizarlo más tarde como cajón de cría.

Antiguamente se cubría el fondo con una capa de hierba fresca; encima de esta extiende otra de paja, ahuecándola en el centro para facilitar el acondicionamiento de los huevos, y sobre el conjunto, se colocaba unas cuantas hojas de plantas aromáticas (tabaco, romero, tomillo, eucalipto) con el fin de mantener alejados los parásitos.

Hoy en día con limpieza, viruta de pino, y diatomea lo tenemos solucionado, con ello la parte inicial del nidal está listo.

Luego debemos impedir que la clueca entre y salga a su antojo. Un frente de listones o de tela metálica (no nos valdría como pollera, pues no podrían entrar o salir los pollitos a comer) es suficiente para conseguirlo.

Solo queda colocar todo en un lugar seco, ventilado, oscuro, alejado de ruidos y ya tenemos para la gallina preparado su aposento.

Caseta o jaula para criar pollos en el campo

Interior jaula

Puertas de cierre

Verja para la jaula

Tablero para la noche

Consiste la pollera en una caja de forma rectangular o cuadrada, con una división en el centro. En un lado cerrado por delante con listones, que permitan fácilmente la entrada y salida de los polluelos, así como que la madre pueda vigilarlos, permaneciendo encerrada, y en el otro completamente abierto.

Comunicando con el primer departamento por medio de pequeñas aberturas practicadas en la división, están los comederos y bebederos de los pollos, los cuales a voluntad pueden reunirse con su madre desde fuera o desde la división donde comen.

Os pongo distintos planos para que los podáis construir aquellos que sois manitas es bastante fácil.

Al anochecer, una vez recogidos los pollos con la madre, se cierra la pollera hasta el día siguiente, en que se les da libertad en horas distintas, según la temperatura y el estado atmosférico.

Los pollos deben permanecer en estas condiciones hasta la edad de un mes o cinco semanas, especialmente en las épocas de lluvias, toda vez que al pasar la primera crisis, motivada por la salida de las plumas de las alas y de la cola, morirían muchos, y por el contrario, observando bien lo dicho, se tendrá la seguridad de que se desarrollarán más rústicos.

La limpieza muy rigurosa deberá observarse constantemente, pues de lo contrario no tardarían en dejarse sentir muy pronto los efectos de tal abandono.

Los polluelos criados en esta casi relativa libertad se acostumbran al cautiverio que luego ha de ser su vida y no sufren el cambio brusco de una condición a otra al ser encerrados en los gallineros.

A las cinco o seis semanas a lo sumo se retirará la clueca, que pasará a los gallineros, donde reanudará la puesta. Los pollos pueden seguir viviendo en el mismo parque hasta los tres meses, en que pasarán al gallinero que se les destine con los de su categoría.

M. Jaeque en su interesante obra Le Poulaillier, ilustrado con grabados que facilitan las descripciones, expondremos aquí lo que mejor nos convenga para el plan que nos proponemos.

La Jaula Jaeque que es la de la ilustración de arriba, aunque se han puesto en práctica muchos sistemas para encerrar los pollos durante su crianza, el opta desde luego por la jaula que es la que mejores resultados le ha ofrecido.

Consta de dos divisiones iguales y casi cuadradas, que separa una verja interior, con destino cada departamento a una clueca y sus polluelos.

En el frente o delantera se cierra durante el día esta jaula con una verja de barrotes de madera, cuyos detalles se ven, con separación suficiente los barrotes del enverjado para que puedan salir y entrar sin dificultad los polluelos.

La separación B de los barrotes C es de 6 cm, y la anchura de los barrotes, 3 cm. El enverjado debe ser proporcional al espacio que ha de llenar.

Por la noche se reemplaza dicho enverjado con un tablero semejante al de la ilustración, para preservar a los polluelos del frío y de cualquier accidente adverso.

La luz entra en estas jaulas por medio de vidrieras colocadas sobre el techo, y por celosías en ambos departamentos, a fin de establecer corrientes de aire. Para conocer perfectamente el papel que desempeñan dichas jaulas o casetas, os daré algunos detalles que faciliten la definición de las ilustraciones.

Toda la jaula es de tablas de madera o de cañizos, de 16 milímetros de grueso las primeras, afianzadas, atadas o clavadas a barrotes de roble o similar para mayor solidez.

La jaula mide 1,28 metros de anchura, incluyendo el espesor de las tablas de costero, pero sin contar lo que sobresale la armadura del techo o cubierta A; desde la parte más elevada del caballete hasta el fondo B gana 78 cm, no pasando desde los ángulos superiores a los del fondo, de 63 cm de altura.

La parte alta que forma el frontis y los montantes, destinados a dar consistencia a la jaula, son de roble o similar y de 3 cm de espesor.

Si se agregan a la altura interior, desde la parte alta del caballete al suelo, los 3 cm que sobresale el techo y los 8 cm de espesor del fondo y de los dos barrotes sobre éste, se tendrá una altura total exterior, desde la cumbrera del caballete hasta el suelo, de 89 cm de delante atrás.

La delantera, la parte posterior y los costados no cuentan con ningún agujero, ni barrotes ni travesaños.

El techo consta de dos partes móviles de diferentes dimensiones, que posa la una sobre la otra y sobresalen 3 cm fuera de la jaula por delante y por detrás, y 10 cm por los costados. Sobre el frontis, dos aldabillas fijan los tableros, que se apoyan por bajo sobre un barrote de madera de roble.

En la parte superior e interior, el barrote transversal sostiene la separación y llena el espacio que queda entre el techo y el enrejado del medio, que se quita y se pone a voluntad, deslizándose entre dos tablas colocadas la una sobre el montante de la fachada, y la otra sobre la parte interior de la pared de atrás.

En el techo se colocan vidrios dobles, de 50 centímetros de longitud por 25 de anchura.

Es de la mayor importancia que las maderas empleadas estén enteramente secas, y que no se expongan las jaulas mucho tiempo al sol, para que no se abran grietas, para eso es conveniente tratarlas, con aceite de linaza con secante o un barniz de exteriores.

Lo ideal es colocarla entre bosquetes de plantas, o árboles, y de esta manera se logrará conservar por mucho tiempo estas jaulas, si se practican plantaciones para gallineros mejor.

Se cuidará también que sólo las bañen los rayos solares algunas horas de la mañana

Caja Gerard para la cría de polluelos

Caja Gerard abierta

Caja Gerard vista por encima

La caja Gerard, es uno de los mejores aparatos que se emplean modernamente para que los pollos vivan en una temperatura caliente, aunque haga frío intenso.

Esta caja consta de dos compartimientos A y B, uno pequeño y el otro grande. Su longitud total es de 120 cm,  (47,2441 in) y su anchura 50 cm (19,685 in).

El compartimiento mayor tiene 40 cm (15.748 in) de altura, y el pequeño, cuya alzada está en pendiente, mide por detrás 40, y de 48 a 50 cm (18.897 – 19.685 in) por delante.

El mayor está cubierto con un techo de vidrios C, compuesto de dos bastidores, a semejanza de las ventanas ordinarias, que se abren y cierran a voluntad.

La parte superior del compartimiento pequeño está cerrada por una tapa D, como las de las cajas de tabaco, teniendo los dos compartimientos su separación en E.

El mayor A, se destina a los pollos, y el pequeño B, a la clueca.

Si se observa las ilustraciones, en que M. Gerard representa su caja a vista de pájaro, se verá que el compartimento pequeño A, destinado a la madre está separado del mayor B por una pequeña verja móvil C, establecía en las mismas proporciones que las de las cajas grandes para la crianza.

El gran compartimiento B es el patio destinado a que lo recorran continuamente los pollos. En él se coloca el bebedero D, cerca de la rejilla. La abertura para salir y entrar está en E. Se ven a derecha e izquierda las portezuelas abiertas y cerradas.

La ilustración que representa la caja a vista de pájaro, con el patio cerrado por medio de la ventana A y de la puerta B, y levantada la tapa del compartimiento de la clueca C.

Con el objeto de impedir que penetre la lluvia e inunde los pollos, ha adicionado a la caja M. Gerard, un tornalluvias de tablas delgadas, que coloca sobre el borde anterior del compartimiento.

Está formado por dos piezas, que unidas ofrecen la ilustración de arriba. La caja Gerard se maneja lo mismo que la jaula grande que hemos descrito de M. Jaeque.

Al día siguiente que salen los pollos del cascarón, se llevan a la clueca y los polluelos a la caja Gerard, colocando la primera en su respectivo compartimiento, los polluelos en el suyo, y el agua cerca del enrejado, en el patio.

Obligada la clueca a permanecer en su cajón, no se distrae para alimentación y dar calor a los polluelos, a quienes la necesidad de comer les impide ir a buscarla. Se debe dejar cerrada la caja interior si lo exige la temperatura, y abrir sólo un vidrio cuando haga mucho fresco.

De dos en dos días se abre también la puerta de salida, y únicamente los cristales cuando hace mucho calor.

Los pollos pueden quedar sujetos a este régimen por una quincena, pasada la cual se les traslada a la caja grande, o el emplazamiento que tengamos dispuesto.

Bueno espero que ahora tengáis un poco más claro lo que es trabajar con Cluecas o Lluecas, es el sistema para mí más natural, claro está tiene más trabajo que incubar los huevos en la incubadoras de hoy en día, pero esto cada criador o aficionado tomará él su decisión.

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