Selección de las gallinas por su puesta:
Aunque los caracteres morfológicos o externos pueden servir de pauta para seleccionar las mejores ponedoras, no siempre son veraces, por lo que se hace preciso poner en práctica un método que, a primera vista, parece un tanto difícil de realizar.
Por eso, en el gallinero, debe implantarse el sistema de llevar cuenta diaria del número de huevos que ponen las gallinas individualmente.
Que la gallina dé más o menos huevos depende de muchas causas, entre otras, de las de carácter fisiológico o interno que determinan una puesta de huevos muy variable en el número, calidad, tamaño e, incluso, en la configuración, cosas que se transmiten por herencia de padres a hijos, a nietos, et,.
Las gallinas nacidas en primavera, comienzan a poner en septiembre-octubre sin interrumpir la puesta durante el invierno, la sostienen en primavera y prosiguen su tarea aun en verano mudando tarde, son, indudablemente, ejemplares sobresalientes.
Pero si otras hermanas de raza y edad también inician la puesta al mismo tiempo, pero en invierno, interrumpen parcialmente la producción, la prosiguen en primavera pero en cuanto llegan los primeros calores estivales comienzan a mudar o pelar, son aves que no merecen los honores de ser alojadas más tiempo en el gallinero, debiendo quitarlas lo antes posible, para que esas malas cualidades no se transmitan a los hijos, al poner huevos e incubar de esas gallinas.
Y mucho menos se deben tener gallos hijos de esas gallinas para no extender esas indeseables cualidades. Las gallinas buenas son las que se deben guardar para que sus huevos se incuben y nos den pollitas que mejoren las puestas de sus madres y gallos con caracteres.
Puesta Invernal:
La puesta invernal es una cualidad muy notable, que determina el que las gallinas den más o menos huevos de octubre a febrero inclusive, catalogándose como buenas aquéllas que de octubre a fines de enero pusieran más de 30 huevos, o de noviembre a finales de febrero más de 40 como medianas, las que dieran menor y como malas, las que no ponen ninguno.
Si no utilizamos el nidal registrador se procede de la siguiente manera:
Si pone en octubre, se le coloca, por ejemplo, un lacito blanco.
Si también pone en noviembre encarnado.
Si prosigue la producción en diciembre, se le coloca otro lacito negro.
Y si sigue laboriosa en enero, se añade otro lacito amarillo.
Ahora bien, si en vez de iniciar la puesta en septiembre u octubre lo hace a mediados de éste o primeros de noviembre y prosigue sin interrupción, llevará los lazos encarnado, negro, amarillo y un cuarto marrón, azul, et,.
Por este sencillo procedimiento sabremos cuáles son mejores ponedoras, pues las que no ostenten todas las señales al final de la prueba denotarán que holgaron el mes cuyo lacito no lo represente, y si no lleva ninguna, no hay por qué guardarlas.
Sin embargo, se ha recorrido un gran trecho practicando la selección, fundamentada en el número de huevos puestos por cada gallina durante su primer año de puesta, que comprende;
Desde que da el primer huevo la polla hasta que transcurren los trescientos sesenta y cinco días de haberlo dado.
Por este motivo la gallina pone más huevos durante el primer año que no durante el segundo, contrariamente a lo que se afirma y se cree en la mayoría de los sectores rurales.
A principios de siglo parecía una quimera el que las gallinas pudieran dar un huevo diario, lo decía el refrán: «Ave de pico no hace al amo rico» pero hoy la realidad es muy diferente como lo demuestran los datos que se vienen dando a conocerse de los resultados obtenidos aumentando el número de gallinas que ponen un huevo diario.
Y si el avicultor, aficionado, no puede aspirar a poseer aves de este tipo, por ahora, o por qué no ha de pretender que sus gallinas, pocas o muchas, no sólo rebasen sino que dupliquen, por lo menos, esas irrisorias producciones medias actuales de sus gallinas, tenemos por lo menos que seleccionar bien nuestro gallinero.
Para ello mirar este enlace, que os dará unas buenas pautas para hacer selección en vuestras gallinas o crías. La Selección en Avicultura y sus apartados.
Selección de los Gallos:
Estos gallos reproductores se pueden adquirir en, gallineros o granjas de absoluta solvencia, escogidos de entre aquellos ejemplares reservados para la explotación, pero que, por exceso de número o por algún defecto morfológico, lo desechan, si bien sería preferible adquirirlos perfectos y en momentos cuya edad oscila entre los dos y tres meses, para re-criarlos en casa y adaptarlos al medio, pero teniéndolos siempre separados de las gallinas hasta el momento oportuno.
Estos ejemplares son de precio algo más elevado, pero son los que mejorarán nuestras aves, y por eso se ha de exigir sean hijos de gallinas cuyas puestas invernales hayan sobrepasado los 40 huevos y 200 las totales, porque como esta cualidad, que es la que se transmite más fijamente del gallo a las hijas, no se incrementarían los rendimientos de éstas acopladas con gallos de más baja calidad.
Estos reproductores también podrían adquirirse en Centros oficiales, o en las Asociaciones de las razas correspondientes. Estos gallos, al cruzar-los con las gallinas seleccionadas, mejorarán la producción de sus hijas, y persistiendo siempre en esa norma, nada costosa, el avicultor, o aficionado, llegará a mejorar enormemente y al cabo de poco tiempo la producción huevera de sus rústicas y queridas gallinas.
Todo esto es tan interesante que, aun en el supuesto de que no se llevara el registro de puesta invernal y total de las gallinas tal como se ha explicado, y sólo se atendiese a acoplarse, producirá una notable mejora en la puesta media de nuestro gallinero, que se ha de traducir en definitiva, en mayores ingresos, tanto económicos como lo que buscamos en el perfeccionamiento de la raza.
Hay un interesante apartado que os puede servir para seleccionar vuestras gallinas por la muda, sabiendo cual es buena o mala ponedora. Muda en gallinas clasificación y muda del ala gallinas.
Nidales de puesta:
Para llevar cuenta de la producción de cada gallina no hay como llevar el registro, desterrando el uso de los cestos, cajas de madera, colocados en cualquier rincón del corral o gallinero y adoptando los nidales registradores.
Pueden construirse fácilmente unos nidales con distintos materiales, de tableros de madera maciza encolada, para no dejar ningún resquicio a los parásitos, de plástico o material galvanizado.
Basta dar a cada departamento o nido medidas interiores de 35 x 35 x 35 cm, con una puerta de entrada deslizante o basculante que se cierre cuando la gallina entre.
Cuando tengamos preparados los nidales, en proporción de unos 30, por cada 100 gallinas, lo que tenemos que hacer nada más, es anillar todas las pollitas de cuatro a seis meses con las anillas numeradas que se venden en el comercio avícola o en tu asociación y dejar las portezuelas abiertas para que se vayan habituando a este sistema.
Un par de veces por la mañana y otras tantas por la tarde se revisan los nidales sacando a las gallinas encerradas y anotando en una libreta el número de la gallina tomando el numero de su anilla, fecha y peso del huevo, (con un lapicero le ponemos al huevo el numero de la anilla y luego se pesan), apuntan-dolo en un listado.
De esa manera tan sencilla se descubren las buenas ponedoras y las malas; cuáles producen dejando beneficios y cuáles comen y no trabajan.
Independientemente de esto, nos sirve más adelante para seleccionar las mejores gallinas para nuestra línea de reproductores, en ello veremos el peso, color, y formas de los huevos de cada una de nuestras gallinas, este proceso es parte esencial para todo aquel que quiera tener un buen corral.
Existe otro sistema de registro con nidales debido a un ingenioso sistema ideado por un avicultor gallego, que consiste en colocar los nidales construidos en el centro del local o gallinero, quedando dividido el mismo en dos mitades y el espacio de la división que no cubren los nidales se pone tela metálica u otro material.
Este sistema, desde luego, sólo sirve para gallineros con poco numero de gallinas, porque hay que colocar tantos nidales o huecos como gallinas. Estos nidales tienen la parte posterior abierta o por lo menos han de llevar un espacio libre por el que pueda salir la gallina libremente.
Por la mañana se encierran las gallinas en la parte del local o gallinero en que el nidal tiene la puerta deslizante o cierre que se deja levantada.
Cuando la gallina va a poner queda encerrada y cuando pone el huevo sale sola al otro lado o departamento en el que se colocan comederos con harinas.
Con este sistema no se precisa revisar los nidales, sino que basta anotar los números de las gallinas que se encuentran en este segundo departamento que se dejó por la mañana sin gallinas.
El numero de huevos puestos diariamente será igual al número de gallinas que en él se encuentren, siendo rara la vez que falle esta equivalencia.
En la imagen de arriba se muestra, con las medidas adecuadas, uno de los modelos Connecticut, de fácil construcción.
La pieza A se coloca en la parte interna de uno de los lados, con el eje de giro a la distancia que se indica.
Para que permanezca abierto se apoya la trampilla B sobre la pieza A, tal como se ve en la figura. Cuando una gallina, al entrar, levanta con su dorso la trampilla, cuyo propio peso sostiene la pieza A, ésta gira y, una vez dentro el ave, la trampilla no encuentra obstáculo para cerrarse, quedando sujeta por el extremo de la misma pieza.
En el vídeo que os pongo más abajo, su realizador ha puesto las medidas que le han parecido mejor para su construcción, el lo ha hecho para la raza de gallinas de Mos, eso queda para cada uno que medidas utilizar.
Si os fijáis la gallina para entrar al nidal debe tener una zona de apoyo, como esta reflejado en el esquema de arriba, o bien si se ponen varios nidales registradores en línea tendremos que poner un tablero por debajo para hacer la misma función.
Otra opción es al mismo tiempo, recoger los huevos en un zona en la que la gallina no lo pueda picar, es hacer en la parte de abajo una inclinación de la última tabla, continuando hasta la zona donde se posa la gallina para entrar al nidal, y seguir por debajo hasta 12 o 15 cm, dejando un espacio de altura para que los huevos rueden bien de 10 cm para gallina normal y de 8 cm para Kikas.
También podemos incrementar en la base esta cesta.
Material para su construcción:
Despiece, esto es opcional, cada uno puede hacer el despiece que crea conveniente, dependiendo de la raza que quiere criar, en la foto de arriba se ha utilizado tablero de pino, son medidas interiores y estas de aquí corresponden al vídeo de:
huertodeladiscordia.blogsport.com, con ello elegiremos mejor y lo más importante son las medidas de la pieza de sostén para que funcione correctamente.
Un Vídeo:
Aquí os dejo este vídeo muy explicativo, gracias a su autor que lo ha puesto para todos y poder hacer su construcción.
Ponedero registrador o ponedero trampa para gallinas. Medidas para Gallinas de Mos.
Que lo disfrutéis.
Otro sistema de Nidal-Trampa:
Construcción del Nidal Trampa para gallinas
Primer procedimiento para seleccionar las ponedoras.
Anotación diaria de la puesta con el apoyo del nidal trampa o nidal registrador. Ya surgió el aparato, habrás pensado y con él unos gastos que no estoy dispuesto a hacer… poco a poco, mi amigo, que no habrás de arruinarte, sigue leyendo y al final ya hablaremos.
El nidal registrador o nidal trampa, se reduce a un cajón con una puerta que cierra sola al entrar la gallina, la cual queda encerrada hasta que vamos a soltarla. Su construcción no puede ser más fácil.
Buscar un cajón sin tapa, o construye uno cuya abertura tenga 35 cm. en cuadro aproximadamente, O bien, y esto es otra opción, construye de obra, con ladrillo (a unos 50 cm. del suelo), un hueco de 35 cm. de alto, otros tantos de ancho por 40 de fondo, revocándolo interiormente con yeso (Fig. 6).
Construye ahora al frente del nidal, o sea la parte que se cierra por sí sola al entrar la gallina.
Para ello, pro cúrate un trozo de madera de Ocume, o bien una tabla bien unida no muy gruesa, y procura cortarla de forma que tape justamente la abertura del cajón o hueco.
Traza en su centro un círculo de 24 cm. de diámetro, y con ayuda de una sierra de calar o de marquetería, haces una abertura redonda siguiendo la línea trazada. (Fig. 7). Ya tiene por donde entrar la gallina en el nidal registrador.
Secciones nidal trampa, figura 6, 7, y 8
Proporcionarte ahora dos tablillas de 28 cm. de largo por 14 cm. de ancho. A una de ellas hazle dos agujeros cerca de uno de los bordes y en el otro le sujetas dos trozos de badana, lona, goma, correa de persiana plana et.
A la otra la perforas también cerca de un borde, de forma que los agujeros se correspondan con los de la primera. Une las dos tablillas con unas anillas de alambre, pero sin juntarlas del todo y de manera que puedan fácilmente aproximarse como si fuesen las tapas de un libro (Fig. 8).
Secciones nidal trampa, figura 9, 10 y 11
Ya está la trampa hecha. Sujétala por detrás del redondel de entrada, clavándola o sujetándola por las badanas, de forma que quede tapado el agujero circular. (Fig. 9) y (Fig.10).
Coloca luego todo el frente que hemos construido, de manera para que tape la abertura del nidal, (Fig. 11) sujetándolo por medio de tornillos, ahora solo queda, explicarte cómo funciona el nidal trampa.
Secciones nidal trampa, figura 12, 13 y 14
Dobla hacia adelante y hacia arriba la tablilla de abajo, de forma que solo quede abierta la mitad inferior de la abertura circular por donde pasa la gallina (Fig. 12) y (Fig.13).
Al entrar esta, empuja con la parte superior de su cuerpo las tablillas dobladas, pero apenas acaba de pasar, cae por sí sola la de abajo y tapa por completo la entrada del nidal, impidiendo a la vez la salida del ave hasta que acudamos a liberarla. (Fig. 14).
Si la tablilla no cayese con suficiente fuerza, clavar algún peso en el borde libre.
El nidal está ya terminado, o casi terminado. Queda solo disponer una tabla para que la gallina entre cómodamente, poner viruta de pino, paja, en el fondo y sobre ella un huevo de escayola o de madera pintado de blanco.
Y ahora, considera lo escaso del trabajo y el gasto, mira a continuación la utilidad que ambas cosas tan mínimas reporta a tu gallinero o galpón, para hacer un control de las buenas ponedoras y desechar las malas.
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