Clueca o llueca con huevos

Clueca castellana o llueca incubando sus huevos

Sabemos elegir los huevos para incubar:

Muchos criadores entendidos aconsejan que se elijan para la incubación los huevos más gruesos, porque son más voluminosos los pollos que de ellos nacen.

Pero no faltan personas que han estudiado a fondo la cuestión, que aseguran que los huevos más gruesos no son siempre los que producen pollos mayores, sino los que presentan yemas más grandes.

Esto lo prueba que la gallina cochinchina, que es la que pone huevos de los más pequeños en proporción a su corpulencia, produce pollos de la mayor alzada, porque sus huevos contienen una yema muy gruesa, comparativamente a los de las gallinas comunes, este es el mismo caso de la gallina Castellana negra, yema grande.

Los huevos que se destinen a la incubación, deben elegirse de los gallineros en que abunden gallos para fecundar a las gallinas, o de nuestros grupos de reproductores, porque no hay señal segura a priori para distinguir el huevo claro e infecundo del que está fecundado.

Pero se destinarán a la incubación los huevos procedentes de gallinas cuya raza haya interés en multiplicar, ya por la belleza de sus formas, corpulencia y hermosura de su plumazón, ya por ser muy ponedoras o de excelente carne, recogiéndolos al efecto conforme los vayan poniendo, y anotando con lápiz, en cada uno de ellos la fecha de la postura y la raza de que proceden.

Deben preferirse, sobre todo para expedirlos fuera, los que no tienen quince días, porque en este período no hay tiempo para que se evapore la clara.

Se conservarán estos huevos en cajones que contengan salvado, viruta aserrín, con el que se envolverán en todos sentidos, para evitar choques y el contacto del aire, hoy en día se suelen guardar en las hueveras para tal efecto.

– Se colocarán los cajones o las hueveras cargados de huevos en sitio seco y sano, al abrigo del frío y del calor.

– Deben excluirse los huevos de dos yemas, porque o mueren a los quince días los polluelos, o producen monstruos.

– Ha de procurarse que el cascarón de los huevos que se destinan a la incubación sea regular, duro y resistente.

– Elimine los de cascarón fino, por la facilidad y rapidez con que puede evaporarse la clara, que entra en la formación del pollo.

Algunos eligen los huevos de cascara fina, en la persuasión de que el polluelo la rompe más fácilmente que cuando es dura; pero esto es un error.

Se sabe que entre la cáscara del huevo y el polluelo media una membrana; cuando aquélla es dura, ésta es delgada; y al contrario, cuando la cáscara es fina, la película es gruesa.

El polluelo pica y perfora fácilmente una cáscara quebradiza y resistente, y no puede, sin embargo, atravesar una piel apergaminada.

Los huevos que tienen una cáscara irregular, deben ser eliminados también, porque producen pollos enfermizos.

A fin de que la incubación se haga en buenas condiciones, es necesario que la cáscara del huevo permite la entrada del aire, tan necesario para la formación del pollo; con el objeto de facilitar la operación, no falta quien lava los huevos, cuando no están limpios, con un poco de agua templada antes de ponerlos a la incubadora.

Los huevos procedentes de gallinas y gallos jóvenes dan pollos fáciles de cebar; aptitud que se transmite hasta la edad más avanzada.

En resumen los huevos para incubar (almacenados entre 16 º a 17 º C) han de tener una cáscara de buena calidad. Almacenar los huevos a temperaturas más altas estimula el desarrollo del embrión.

En muchos países es difícil para los avicultores rurales o los centros de reproducción, almacenar los huevos en condiciones idóneas. A altas temperaturas, los huevos pueden sudar, facilitando la difusión de bacterias a través de la cáscara.

La humedad relativa deberá mantenerse en torno al 75 % en la sala que utilicemos para incubar y una temperatura de 25 º C, da unos resultados óptimos. Sin embargo, el clima tropical de muchos países, dificulta el mantenimiento de la sala de incubadoras en buenas condiciones.

 Un nivel de humedad más alto favorece la proliferación fúngica en los huevos.

Almacenamiento y posición del huevo:

Almacenamiento y posición del huevo para incubación

Contra la tradicional creencia de que los huevos para incubar deben mantenerse con el polo fino hacia abajo, Provelfert (1967, 1969) y Butler et al (1991) encontraron que la posición inversa mejoraba la tasa de nacimientos, sobre todo para tiempos de almacenamiento prolongados, siendo innecesario el volteo.

Esta última operación resulta aconsejable cuando los huevos se almacenan con el polo fino hacia abajo y durante más de dos semanas, aunque otros autores no encuentran diferencias (Pinget et al., 1989).

Según se refleja en una revisión de Mayes (1984), parece ser que el almacenamiento con el polo fino hacia arriba puede ser beneficioso debido a que la yema se mantiene cerca del albumen y esto da al embrión latente una mayor protección contra la deshidratación y la adherencia a la membrana de la cáscara.

Haber, Hay que tener claro, que este sistema alternativo es para guardar los huevos antes de incubar o ponerselos a la clueca, tienen que estar en sitio fresco y que no les de la luz, no para ponerlos de esta forma en la incubadora.

Solo hay tres formas de posicionar los huevos para guardarlos, la que conocemos con la cámara de aire hacia arribatumbados como los tiene la clueca, y de punta, yo los he probado todos y si están gallados me ha funcionado perfectamente en la incubadora.

Mirar este apartado nuestros huevos fértiles como enviarlos hay veréis la posición de como debemos colocar los huevos en la huevera de cartón y su conservación, hasta que tengamos los suficientes, para ponerseles a la clueca o los metamos en la incubadora.

Ahora os pongo los huevos que no se deben utilizar en la incubación, para tenerlo como norma, exceptuando el huevo optimo.

Huevo arrugado

Huevo elongado

Huevo fracturado

Huevo redondeado

Huevo roto por uña de ave

Huevo sucio

Huevo mancha de sangre

Huevo optimo

Huevo pequeño y muy grande

A los seis o siete días de incubación debe practicarse la operación del examen, que consiste en eliminar los huevos claros o infecundos que por razón de no tener embrión vivo pueden, a causa de las fermentaciones que se originan, acarrear la pérdida de muchos embriones.

Para efectuar el examen basta interponer el huevo entre una luz potente y un aparato especial llamado ovoscopio.

Cuando el huevo es claro, o sea que no está fecundado, sólo se nota en el centro una pequeña parte más oscura que el resto, y cuando está fecundado se ve flotar una especie de araña, rodeada de filamentos, sanguíneos.

Además de evitar pérdidas muy probables y perjuicios sensibles, el examen de los huevos nos será muy útil, ya que algunas, veces se ponen huevos a incubar a varias cluecas, y una vez practicado el examen pueden repartirse los huevos fecundados de suerte que quede una gallina libre, a la cual se le podrá dar otra cantidad nueva de huevos.

Ovoscopia huevo infertil

Ovoscopia 4 días huevo fértil

Cuidado que demandan las Cluecas y los huevos:

Cuando la clueca ocupa el nido en que ha de incubar, se le puede cubrir con un trozo de tela de lana, dejándola en este estado durante dos días. Se le saca una vez al día para que coma, beba y haga un poco de ejercicio.

Si es apacible y permanece sin violencia sobre el nido, se levantará la tapa de la cesta, a fin de dejarla libre; se le pondrá comida y bebida en un sitio próximo, que pueda abordar fácilmente, para que se levante cuando quiera y satisfaga la primera necesidad de la vida, es decir comer; pero este método ofrece graves inconvenientes.

Algunas cluecas prefieren morir de hambre a separarse de los huevos. Cuando se cuenta en el gallinero con un sitio destinado especialmente a incubadoras, se sitúa la comida de éstas en el parque que le rodea; se abre una vez al día la puerta del gallinero, y se deja abierta algún tiempo, asegurándose si todas las cluecas se levantan para comer y beber, a fin de sacar en otro caso las que no lo han hecho espontáneamente y darles alimento.

Se procurará que ninguna clueca esté fuera del nido más de media hora, tiempo necesario para que no se enfríen los huevos.

Cuando las cluecas no disponen del instinto conveniente para levantarse por sí mismas, es necesario sacarlas todas las mañanas, y darles de comer y beber, sobre todo en los tres o cuatro últimos días de incubación.

Basta una sola vez al día; pero si la llueca fuese demasiado ardiente en la incubación y pareciese constipada, lo que es muy frecuente, se la sacará dos veces al día y se la dejará correr.

Hay cluecas que se preocupan tanto de la incubación, que cuando se les pone en el suelo para alimentarse, se echan, sin manifestar deseo de satisfacer esta necesidad de la vida, y excrementan con mucha pena; es preciso darles lechuga y acedera.., cortadas muy menudas y mezcladas con salvado o harina humedecido y bien mezclada la papilla. También les convienen las espinacas y otras hierbas de huerta.

Se tienen estas incubadoras más tiempo fuera del nido para que se refresquen un poco, cubriendo los huevos con el trozo de tela de lana gruesa.

No debe entrar sin necesidad en la zona ocupada por las lluecas, porque ellas estiman en mucho la tranquilidad y el silencio; se evitará también a toda costa la visita de gallos y gallinas que no incuban, porque llevarían la perturbación y el desorden.

Al sacar las cluecas del nido, debe procurarse abrirles las alas para evitar que envuelvan los huevos y los dejen caer.

El número de huevos que se pone a cada clueca varía según el tamaño de la incubadora, pero por lo regular fluctúa entre 13 y 18. y si son enanas o Kikas, tipo Flor D’Ametller 6 a 8 huevos siempre que los cubran bien.

No falta quien cree que hay que remover los huevos durante la incubación, lo que no tiene ningún fundamento, porque la gallina se cuida de cambiarlos de lugar de la circunferencia al centro, para distribuir el calor, que es mayor en el centro que en la circunferencia. No deben tocarse los huevos una vez puestos debajo de la gallina.

Después del décimo día de la incubación es necesario mirar los huevos, es decir, asegurarse de los que están buenos, a fin de quitar los malos.

A tal efecto, se comprueba con un ovoscopio.

Al undécimo día por la mañana, aprovechando la salida de las cluecas para los sitios donde comen, se procederá a mirar los huevos de la primera serie, operación que debe practicarse con lentitud.

Un familiar o amigo se acerca al nido de la primera clueca, saca con cuidado dos huevos y nos lo entrega a la persona que debe mirarlos.

Ésta coge uno con la palma de la mano derecha o izquierda, a su elección, y con las extremidades de los dedos de la misma mano toma otro por la punta, como si se tratase de colocarlo en una huevera, y pone la otra mano por el borde inferior sobre el extremo superior del huevo o punta más gruesa, y lo aproxima a la luz, un poco de experiencia enseña muy pronto si el huevo está fecundado o claro, y si el embrión está vivo o muerto.

Cuando está fecundado el huevo y vivo el embrión, se muestra opaco aquél, a excepción de un pequeño emplazamiento, que se distingue bastante por su claridad, y se presenta transparente; si está muerto el embrión desde los primeros días, el huevo aparece más o menos turbio. Se devolverán al familiar o amigo todos los huevos que se hallen en buen estado, para colocarlos en su sitio, destinando los malos para ensayos o para eliminar.

Suponiendo que tuviéramos seis cluecas y que cada clueca empolle 13 huevos, que resulten:

  • 3 malos en la primera cesta,
  • 2 en la segunda,
  • 1 en la tercera,
  • ninguno en la cuarta,
  • 4 en la quinta y
  • 3 en la sexta,

Tenemos 13 huevos malos en total, se distribuirán los de la sexta llueca entre las cinco primeras, y se le pondrán a la sexta nuevos huevos, después de haber experimentado que empolla sin reparos los de ensayo o falsos, sobre los que se le ha colocado antes.

Por supuesto esto es una regla y nosotros podemos tener 2 o tres cluecas a la vez, por lo que actuaremos de la misma forma.

Os pongo esta guía de ovoscopio que os servirá para controlar si el embrión está formándose o no, para retirarlo y reponer con otro huevo.

Ovoscopia. Visualización interna del huevo:

Esta guía de ovoscopia, nos sirve para ver en que etapa de la incubación están los huevos.

La ovoscopia es un método que se basa en la translucidez de la cáscara y en las diferencias que presentan las estructuras internas del huevo por la transmisión luminosa, todo dependiendo de los días de incubación del embrión, o si no está gallado.

Colocaremos el huevo en posición vertical, bien sobre el haz de luz, o en su zona de encaje para el huevo en el ovoscopio. El interior del huevo queda completamente iluminado y la cáscara nos mostrará su estructura porosa, dependiendo del color de la cáscara se apreciarán distintas tonalidades. El huevo fresco aparece con el ovoscopio de color amarillo rosado claro.

En la cáscara con el ovoscopio, podemos apreciar las grietas o fisuras, manchas y los defectos de calcificación, depósitos de cal y las calcificaciones defectuosas. Las manchas de sangre internas aparecen como sombras de color oscuro o rojizas. 

El huevo está envuelto por una cáscara caliza, en el huevo de la gallina son de color blanco y amarillo o marrón, los más generales, también los hay de otras razas, azules, verdes y rosas. La cáscara está revestida interiormente por dos membranas, una interna (que protege la clara y la yema) y otra exterior (que recubre el interior del cascarón), que conforman una envoltura que se separaran en el polo ancho (obtuso) del huevo, para formar la cámara de aire.

Esta cámara con el ovoscopio podremos apreciar con el paso de los días de incubación, se hará cada vez más grande, rellenándose de oxígeno por los poros, para cuando el pollito necesite en los últimos días, poder romper la membrana interior y empezar a respirar.

Bien si nos fijamos más detenidamente, en la yema apreciamos una sombra rosa en posición central y no móvil, el huevo fecundado entre el día 1 º y 4 º de incubación, podemos observar la formación de pequeños vasos sanguíneos alrededor del disco germinativo, a partir del 5 º día de incubación ya se empieza a apreciar el embrión, esta guía os servirá para comprobar por días la formación del embrión.

Los huevos con la yema adherida a la cáscara, aparecerán inmóvil con la ovoscopia, dando una sombra más oscura.

En las siguientes fotos, veréis unos ovoscopios muy baratos con linternas led (luz fría), que los encontraréis fácilmente en grandes superficies, o comercios.

Así como uno casero para hacerlo nosotros, utilizando un canuto de papel higiénico, un poco de cinta carrocera y una linterna led, ya no tenéis excusa para tenerlo al lado de la incubadora.

Ovoscopio casero con linterna

Ovoscopio linterna led, recargable

Ovoscopio linterna led

Imágenes preciosas de estas magnificas madres:

En pantalla completa son impresionantes.

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