Oleo de Federico Fernandez, Gallina Clueca 1841, 1910

Oleo de Federico Fernandez, Gallina Clueca 1841, 1910

¿Que es la Cloquez ? 

Estado fisiológico de las aves en el cuál se produce un receso en la postura y adquiere el hábito de la anidación.

La incubación es la parte de la avicultura que tiene por objeto colocar los huevos fecundados en condiciones tales que el desarrollo del embrión continúe su curso, terminando con el nacimiento del pollo.

Gracias a ella queda asegurada la perpetuación de la especie. Esta es la acción del ave que se posa sobre los huevos para desarrollar el germen por medio del calor natural que le comunica.

En el período esencial de la animación del germen, la incubación es al ave lo que la gestación al mamífero. Tiene por objeto, sin duda, mantener el huevo de la gallina a la misma temperatura que si estuviese en el vientre de la madre.

Se denomina incubadora, clueca o llueca a la que desempeña esta función importante para la propagación de la especie. En general, podemos suponer que para tener una gallina que manifieste la conducta de incubación, debe alcanzar un principio de estímulos medioambientales y hormonales en conjunto.

Para que la gallina entre en este estado de cloquez, deja de producir Prolactina (hormona para incentivar la producción de huevos), La secreción de prolactina en gallinas cluecas se ve facilitada por la presencia de los pollitos y el aumento de concentraciones de prolactina en plasma, mantiene el comportamiento de incubación y a su vez secreta la Hormona Oxitocina (que hace que la postura se trunque y entre en este estado).

El inicio de la clueca o llueca está precedido por un aumento progresivo en la frecuencia y duración de las visitas al nidal, al principio durante la noche y luego progresivamente durante el día entero.

Al final de este período intermedio, que es conocido como estado de transición, la gallina clueca sólo dejará breve-mente el nido y pasará en él más del 90 % al día. Al acercarnos, la gallina exhibe una conducta de defensa del nido, reúne e incuba los huevos, emite un siseo característico y encrespa sus plumas de una manera agresiva.

Por ello la gallina clueca, en su pechuga y muslos interior de las patas, realiza el desprendimiento de las plumas. En este momento se desarrollan las características áreas peladas de las cluecas, o también llamadas (placas incuba-trices), y aumentando en esas zonas la temperatura de su piel, al desarrollar vasos sanguíneos nuevos, para efectuar la incubación.

Las aves pueden perder un 20 % de su peso corporal por el bajo consumo de alimentos, reducción voluntaria de la ingesta de alimentos (anorexia espontánea), en consecuencia hay un movimiento de las reservas corporales como fuentes de energía y el aparato reproductor de la clueca, experimenta un retroceso, producido por el desequilibrio hormonal,  la cloaca se torna firme y seca, los huesos pelvianos permanecen más juntos al no haber postura de huevos.

Dos procedimientos existen y pueden ponerse en práctica para el logro de este objeto: la incubación natural y la incubación artificial.

Se llama incubación natural cuando los huevos se confían a una gallina clueca que manifieste buenos deseos de incubar.

En la incubación artificial se prescinde por completo de la gallina, reemplazandola por aparatos especiales llamados incubadoras, bien conocidos por los criadores con resultados dispares en nacimientos.

La incubación en las aves se manifiesta fisiológicamente por afluir la sangre a una parte del aparato circulatorio situada en la parte anterior del cuerpo y que por su riqueza en vasos sanguíneos ha recibido el nombre de red admirable.

Al mismo tiempo se manifiestan exteriormente síntomas tan visibles y claros que el menos experto comprenderá los deseos de la gallina. En las gallinas cluecas la cresta está poco desarrollada, fría y rugosa; el pico, borde del ojo y patas están bien pigmentadas, a diferencia de una buena ponedora que el pico, borde del ojo y patas están des-pigmentadas.

A pesar de que la postura cesa, pasa largas horas en los ponederos, de donde cuesta echarla y adonde vuelve tan pronto no es vigilada.

Cuando salta del ponedero marcha con las plumas erizadas y como si llevase junto a sí un grupo de pollitos, a quienes busca el alimento escarbando de uno a otro lado.

A pesar de que estos síntomas bastan para creer en el estado de cloquez, es muy conveniente, antes de confiarle los huevos, arreglarle un nido con algunos de aquellos huevos que sean viejos, o falsos y si durante veinticuatro horas permanece quieta y los abriga bien, entonces, sin ninguna clase de cuidado, se les puede confiar los que estén destinados a incubar.

Por más que entendidos zoo-técnicos no juzguen exacta la división de la incubación en natural y artificial, la aceptamos, por ser la más admitida.

Primero nos ceñiremos a la incubación natural, vamos a ocuparnos detalladamente de las cuestiones que con ella se relacionan, desde la elección de huevos hasta los cuidados que deben prestarse a los polluelos al romper el cascarón, cajas nido, criadoras, et,.

Clueca o llueca con huevos

Clueca castellana o llueca en el nido

La cloquera en la gran mayoría de las aves de razas mejoradas, y razas no propensas a la cloquez han perdido esta capacidad. Las gallinas cluecas prefieren echarse sobre los huevos en un ambiente oscuro, protegido de los depredadores, y precisan que se les suministre alimento y agua.

¿Habéis visto cluecas tan celosas de sus hijuelos, propios o adoptivos, que los matan a picotazos en cuanto alguien se acerca, sin duda por temor a que se los quiten? Esas son malas madres y deben desecharse. Otras los aplastan pisoteando,  están atolondradas, tampoco sirven, como también deben desecharse las que no los cubren debidamente.

Sobre diez cluecas una sale buena, y más del 30% de los polluelos mueren o perecen por accidente, debido al poco cuidado de sus madres.

  • Una clueca es buena, cuando anda despacio y levantando los pies, pisando suave y con cuidado.
  • Cuando sabe llamar a los pequeñuelos enseñándoles a cobijarse bajo su plumaje sin darles picotazos ni alborotarlos.
  • Cuando respeta el alimento especial que se les pone y sólo come el grano que a ella se destina.
  • Cuando se deja tocar y acariciar sin alboroto.
  • Cuando a la menor nubecilla que obscurece el sol corre presurosa con su prole a sitio seguro.
  • Y finalmente, cuando sabe guiar al pollito enseñándole dónde se hallan las larvas y gusanillos que aun haciendo sus delicias sólo desmenuza para sus hijuelos, y está siempre atenta a lo que pueda hacerles falta; aire, calor o alimento.

Las cluecas se instalarán en un local especial, a media oscuridad y que esté apartado de ruidos, procurando muy especialmente que sea sano y ventilado. La temperatura se procurará sea constante.

Las gallinas estarán en cestas de mimbre, cajas de madera, cubos, et., como las que se representan, pudiendo también adoptarse cestas, capazos utilizados en la construcción, et,.

En el fondo de las cestas estará arreglado con un buen lecho de viruta de madera o paja y limpia de parásitos, para ello agregamos o espolvoreamos un puñado de tierra de diatomea, en el nidal y alrededores nos será suficiente.

Los huevos escogidos para someterlos a incubación, y que han sido guardados con las precauciones lógicas, pueden esperar hasta tres semanas; pero esto no es regla general y a pesar de que pueden resistir ese tiempo, (mirar este apartado de nuestro huevos fértiles, como mantenerlos perfectamente hasta que se los pongamos a la clueca), para que los nacimientos se verifiquen en el menor espacio de tiempo posible, será muy conveniente que no tengan más de ocho a diez días.

En cuanto al número de huevos que cada gallina puede incubar, varía según el tamaño de la gallina y de los huevos. Cuando la gallina incuba huevos de la misma raza se le dan 15 a 18, más adelante veremos que huevos son los que debemos utilizar.

En muchas localidades y no sólo en España, y también en Francia, existe una antiquísima preocupación, que consiste en no poner a las gallinas más que 13 huevos, ni uno más ni uno menos, y únicamente de esta suerte, según las payesas y granjeras, puede obtenerse un resultado satisfactorio. Al generalizarse el empleo de las incubadoras y al apreciar prácticamente sus resultados estas preocupaciones van cayendo por sí mismas, llevándose al mismo tiempo la aversión y desconfianza que antes infundía los modernos aparatos de incubación.

Durante el periodo de incubación de la gallina, aparecen zonas desprovistas de plumas en la cara ventral del tronco, se denominan manchas de cloquera y tienen una localización y forma variable. Su presencia es temporal y ofrecen peculiaridades específicas, los caracteres que presentan es el relajamiento de los tejidos, la hiperemia (aumento en la irrigación del tejido) y la formación de plexos vasculares, radican en la capa de los vasos del corion. En el pato  y en el ganso no se originan manchas cloquera, sino que crecen pequeñas plumas sedosas entre el plumón normal, estas plumas sirven para proteger los huevos del frió una vez arrancadas.

La incubación dura tres semanas, o sea de diez y nueve a veintidós días. Durante este lapso de tiempo debe sacarse la clueca dos veces al día para que coma, beba y haga sus necesidades, evitando así que se ensucien los huevos. La alimentación debe constar de maíz, trigo o avena y agua pura.

Permanecerá fuera del cesto tan sólo de quince a veinte minutos como máximo durante la primera semana; en las dos sucesivas podrá aumentarse sensiblemente, pero no pasará nunca de media hora.

Los pollitos nacen después de 21 días de incubación. Si los huevos han sido incubados por una gallina clueca, esta se hará cargo inmediatamente de los pollitos, aunque por lo general se quedará en el nido, (ya que ella percibe el piar de los pollitos dentro del huevo), hasta que eclosionen la mayoría de los huevos, ella no se levantara del nido.

Caja de incubación para tres cluecas

Dibujo Caja de incubación para tres cluecas

En estos apartados seguiremos los pasos que se realizan con la incubación natural de la

clueca o llueca

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