Enfermedades Víricas:

Pollos con Gumboro

Pollos con Gumboro

Llamada también bursitis infecciosa o nefrosis aviar, es una enfermedad vírica, contagiosa, que afecta a los pollos, ocasionando manifestaciones entéricas y lesiones en la bolsa de Fabricio.

Se la denominó en un principio nefrosis aviar por la aparición de lesiones en los túbulos renales, en unos supuestos casos de Gumboro.

El agente causal en estos supuestos casos de enfermedad de Gumboro era un virus de bronquitis infecciosa – Virus Gray.

El verdadero agente etiológico de la enfermedad de Gumboro fue aislado por primera vez en 1962. y se denominó “agente infeccioso bursal”; es un virus incluido dentro del tipo de los reovirus.

EL virus de esta enfermedad está distribuido por todo el mundo y prevalece en muchas zonas en donde existe una alta concentración de aves.

Las pérdidas, por bajas, que ocasionan esta enfermedad son considerables y vienen dadas directamente por la misma o por el efecto inmunodepresor que tiene el virus.

Como consecuencia de esta inmunosupresión, la enfermedad puede ir asociada con dermatitis gangrenosa, hepatitis de cuerpos de inclusión, síndrome anémico o fallos en los procesos contra otras enfermedades.

Actualmente las secuelas que deja la infección por este virus son más importantes desde el punto de vista económico que la propia enfermedad.

Por regla general la enfermedad de Gumboro se presenta en animales jóvenes.

Hace algún tiempo se pensaba que era una enfermedad propia de las aves pesadas, pero se ha demostrado que en las aves ligeras también puede presentarse con la misma gravedad y un alto grado de mortalidad.

La edad de presentación está entre las tres y seis semanas, aunque la infección subclínica puede aparecer antes de las tres semanas de edad.

El virus de la enfermedad es altamente contagioso y prevalece durante mucho tiempo en la explotación que haya tenido animales afectados, incluso 125 días después del vaciado.

No está totalmente probada la transmisión vertical a través del huevo, pero algunos autores señalan que puede producirse en determinadas fases de la enfermedad.

Igualmente se duda de la existencia de que queden animales portadores una vez que ha pasado la enfermedad.

Se ha señalado que algunos géneros de garrapatas y mosquitos pueden ser portadores del virus de la enfermedad de Gumboro y originar un brote de esta enfermedad.

El virus resiste muy bien en el pienso, agua de bebida, enseres del gallinero y ropas del personal, lo que favorece el mantenimiento de la infección dentro de una explotación determinada.

El periodo de incubación de la enfermedad de Gumboro es muy rápido, apareciendo entre los dos o cuatro días post-inoculación.

La presentación de la enfermedad siempre acontece de forma brusca, con síntomas generales graves y muertes, dándose depresión intensa y no reaccionando las aves a estímulos exteriores.

Aparece diarrea acuosa y espumosa de color blanco-amarillento, ensuciando las plumas alrededor de la cloaca, y a veces el borde superior de ésta se proyecta al exterior como consecuencia del agrandamiento de la bolsa de Fabricio.

La gravedad de los síntomas disminuye con la edad de los pollitos, pasando a ser infección inaparente a partir de las seis semanas.

La depresión aumenta progresivamente, hasta el punto de que las aves son incapaces de moverse, hay deshidratación y finalmente la muerte.

En esta fase preagónica el ave presenta hipotermia.

La morbilidad es muy elevada apareciendo hasta en un 70 % de las aves enfermas, aunque la mortalidad puede variar entre un tres y un veinte por ciento.

La recuperación de los animales es rápida. El fenómeno de inmunodepresión fue observado desde hace mucho tiempo y es consecuencia del daño que produce el virus en el sistema inmunitario.

Esto se manifiesta por:

– Aumento: De la sensibilidad a otros procesos patológicos entre los que se pueden citar la dermatitis gangrenosa, la anemia infecciosa y la hepatitis por cuerpos de inclusión.

– Disminución: De la respuesta inmunológica a las vacunas suministradas para evitar otras enfermedades.

No se conoce ningún tratamiento quimioterápico que pueda ser útil para tratar la enfermedad de Gumboro. Por otro lado, la rápida recuperación de las aves hace antieconómico cualquier tratamiento.

La única forma de prevención contra la enfermedad de Gumboro es la puesta en práctica de programas de vacunación que incluya a las reproductoras y a los pollitos de ellas nacidos.

Los programas de vacunación en los reproductores condiciona los que haya que realizar en los pollitos pues los restos de inmunidad natural que éstos poseen al nacer desempeñan un importante papel en la respuesta inmunitaria.

Existen tres tipos de vacunas vivas, basadas en la virulencia de las cepas usadas en su preparación :

– Las elaboradas con cepas avirulentas atenuadas:

No causan ninguna lesión en los tejidos linfocitarios y no producen ningún efecto inmunodepresor.

Solamente son aptos para suministrar a pollitos sin restos de inmunidad maternal. La presencia de anticuerpos maternales impide la creación de un estado inmunitario.

– Las elaboradas con cepas de virulencia relativa:

Producen estados de inmunodepresión, lesiones en órganos linfoides y los pollitos vacunados incluso pueden presentar síntomas clínicos de enfermedad.

– Las elaboradas con cepas de virulencia media:

Son las más usadas actualmente dado que todas las reproductoras suelen estar bien protegidas. Se replica en virus frente a anticuerpos maternales.

Tiene un poder de difusión horizontal de ave a ave.

No se han señalado efectos de inmunodepresión con el uso de estas cepas.

Actualmente estas vacunas se le suministran al pollo a los doce o quince días por vía oral.

Si existe presentación de la enfermedad de Gumboro en pollitos, vacunados en esta edad, será preciso adelantar la vacunación, incluso al primer día de vida, repitiendo una segunda vacunación tres semanas después.

El llevar a cabo unos buenos programas de vacunación contra la enfermedad de Gumboro es necesario, no solamente para evitar casos clínicos de enfermedad, sino para impedir las infecciones subclínicas que abren la puerta a infecciones intercurrentes que influyen negativamente en el capítulo económico y sanitario de las manadas.

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LOHMANN ANIMAL HEAFTH (2012)

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